Que se mueran los feos y los tristes,
los enfermos, los viejos y los pobres,
los que no tienen yates ni mansiones
ni cuerpos imposibles con un bikini blanco,
todos los que no huelen como huelen las rosas,
los solitarios que a nadie importan,
y los hambrientos y los refugiados.
Que se mueran de nuevo
los niños que ya han muerto
y que el mar vomitó sobre la arena
de una playa sin nombre y sin palmeras.
Que se mueran, en fin, los desahuciados,
los que no tienen techo ni suelo ni una manta.
Y que se mueran todas a las que ya mataron,
violaron, humillaron, golpearon.
Que se muera el dolor y la injusticia,
hay que brindar y gritar feliz año.