miércoles, 17 de julio de 2019

LA CAÍDA

Hay un momento extraño,
apenas sin saber cómo ha llegado,
en que todo se rompe
el ídolo se cae del pedestal
y ocupa su lugar
en el mundo que habitan los mortales

Quizá fue un leve gesto, una mirada
que murió sin respuesta,
sin encontrar refugio en los ojos amados
y comprendes entonces
que esto es lo que hay
y hay que vivir con ello: tú no ocupas
ni siquiera un instante en su memoria

que todas esas noches
que abrazabas su imagen
solo estabas huyendo
para sobrevivir a la tristeza
igual que hace el soldado
que, impasible a las bombas,
en la trinchera escribe
una carta a una novia inexistente

como el enfermo
que no quiere salir del hospital
pues sabe que le espera
una casa sin risas ni geranios,
que apenas sonará el timbre del teléfono,
que tal vez muera solo
en una anochecida de noviembre

como el preso que sale,
ya cumplidos sus años de condena,
y no puede enfrentarse
a un mundo en el que sobra.
Y en un campo desierto deposita
su mísera maleta junto a un árbol
y su vida la arroja debajo de las ruedas
de un larguísimo tren de mercancías

Y es que la realidad
a veces necesita disfrazarse
para sobrevivir a duras penas.


miércoles, 10 de julio de 2019

EN SACO ROTO

Me he inventado la vida tantas veces
que ya no sé quién soy ni donde quedan
los restos de mí misma, las imágenes,
los rostros, los lugares
que me vieron pasar; y parecía,
entonces parecía
que iban a durar siempre, que las calles,
los campos, las personas
eran parte de mí y yo era parte suya.

Pero yo no sé cómo
se ha abierto un socavón en mi pasado,
un vacío plagado de seres fantasmales
en el que no me encuentro,
como si nunca hubiera sido niña
y ya hubiera nacido tan cansada,
como si la ilusión, los sueños, los amores
hubieran ignorado mi existencia
pasando por mi lado sin rozarme,
sin apenas mancharme de sudor y saliva,
y como si la luna nunca me hubiera envuelto
ni yo hubiera llorado con ella algunas noches.

No sé qué me ha pasado en estos años.
Cómo me he convertido
en un árbol sin tronco ni raíces.
Ahora todo es fugaz, provisional, voluble,
sin ayer ni mañana, solo momentos breves
que no van más allá de lo que dura un beso.

Y entre brumas recuerdo a todos los amigos
que crecieron conmigo y muchos ya no están,
unos porque se fueron definitivamente
casi sin despedirse
y otros porque tomaron un camino distinto
del que me trajo aquí y ya no sé encontrarlos
y quizá ellos tampoco puedan reconocerme.

Se me olvidan las fechas importantes,
se me olvidan los rostros y las voces,
soy una extraña perdida en la memoria,
una extranjera en el lugar de siempre
que le cayó la vida en saco roto.