Yo no puedo exigirte que me quieras,
también a mí me quiso, hace ya tiempo,
algún descerebrado
sin encontrar en mí lo que esperaba.
El amor no es un acto voluntario
y si yo te he querido
mucho más que tú a mí, pues mala suerte.
No sé quién repartió
las cartas sin mirar dónde caían.
De lo que estoy segura es de que amarte
fue lo mejor que hice. Y eso basta.