martes, 15 de diciembre de 2020

AYER

 

Más tarde sólo vemos cómo se aleja un río 
que llamamos amor, en la distancia. 
(Manuel Conde) 
A veces adivino en otros labios 
el rastro de tus besos, viejas complicidades 
que vienen de otro tiempo
en el que yo no estaba. 

Y me asalta el recuerdo de mis noches 
-mis larguísimas noches de copas y guitarras 
y sapos cancioneros- cuando de amanecida, 
casi naciendo el día entre los montes, 
volvía a enamorarme para siempre. La boca 
se me quedaba seca de tabaco y canciones, 
y me bebía el agua de otra boca. 

Eran noches hermosas, parecía 
que nunca, nunca, fueran a acabarse 
 pero son de otro tiempo 
en el que tú no estabas.

Hoy quisiera mostrarte aquellos días 
y los santos lugares en los que fui feliz. 
Y haber estado en todas tus andanzas. 
Sin embargo nos hemos convertido 
en dos personas demasiado tristes. 
Solo nos regalamos el cansancio 
y este miedo a lo poco que nos queda.