Nevaba mansamente
pero sin vocación de permanencia
jirones de hermosura tan fugaces
como algunos delirios
que ni siquiera sé si sucedieron.
La memoria es difusa,
a veces se confunde y fantasea,
llega a creer incluso
que fue cierto tu abrazo, aquel que percibí
durante el duermevela de algún sábado.
Al despertar miré
y parecía cierto que nevaba
mas no quedaba rastro de un abrazo.