el silencio del monte y sus aromas,
y todo estaba como recién hecho,
creado por un dios benevolente
para uso y disfrute tuyo y mío,
para uso y disfrute de dos cuerpos,
dos almas rescatadas del desastre
de vivir en un mundo equivocado.
Todo por estrenar, hasta el momento
en que tú y yo llegamos a ocuparlo,tomaron posesión nuestros sentidos
y entonces fuimos dueños de la vida.