como si me cayera en un lecho de ortigas,
como si me apresara una planta carnívora,
como si me tatuaran con un hierro candente,
como si me partiera el corazón un rayo.
Sin embargo lo busco sin descanso
como una impenitente masoquista,
como una drogadicta sin su dosis,
como una alcoholizada en la ley seca,
como una ludópata endeudada y sin suerte.
Es tu nombre la gloria y la condena,
es la herida y al mismo tiempo el bálsamo,
es el sueño y también la pesadilla,
es la felicidad y es la amargura.
Tu nombre me asesina y me renace.
Es la vida y la muerte entre sus letras.