martes, 7 de mayo de 2013

POEMA PARA UN SOLO DÍA

Por no tener, no tengo
ni edad de merecer.
(Joaquín Sabina)
 
Por alguna razón que se me escapa
no consigo estar triste
y mira que las cosas se me ponen de cara,
que parece que quieren amargarme este día.

No me caben las velas en la tarta
y es demasiado grande para comerla sola.

Tendré que ir a la calle, como en el Evangelio,
a invitar a mi fiesta a los desheredados,
a aquellos que no tienen
con quien chocar sus copas
ni con quien abrazarse
ni a quien contar las penas.

Nos emborracharemos de tristezas anónimas,
fumaremos la pipa de la guerra sin armas,
la del silencio sordo,
la del dolor callado,
la de los sueños rotos como el cristal más frágil.

Beberemos las noches en que fuimos felices,
cada uno las suyas y, juntos, las de todos;
porque todos tuvimos una noche gloriosa
que mereció la pena haber vivido.

Voy a felicitarme por los años pasados,
los que me cincelaron el cuerpo y el espíritu
a golpe de martillo,
los que me hicieron fuerte,
los que me hicieron sabia,
los que empaparon todas las lágrimas perdidas.

Por alguna razón no consigo estar triste.