Ayer llegué a tu cuerpo y tú no estabas.
No sé lo que abracé cuando dormimos juntos.
(Francisco García Marquina)
Ahora que por fin ha llegado el futuro
-parecía lejano hace apenas un rato
y ha pasado una vida tan cuajada de muerte-
ahora que caminamos hacia atrás y hacia dentro
porque fuera no hay nada y delante tampoco,
ahora que vivimos instalados
en una realidad plagada de renuncias
y aun así la cuidamos como un cristal finísimo,
ahora que abrazamos nuestros cuerpos ausentes
buscando en el pasado un resquicio de magia,
volver a enamorarnos de los que tal vez fuimos,
ahora se presenta con todo su descaro
cargada de promesas,
de trinos insolentes,
de flores amarillas.
de trinos insolentes,
de flores amarillas.