Aquí estamos de nuevo, al cabo de mil años
compartiendo este resto de vida que nos queda,
buscando en el pasado momentos que nos unan
para llenar silencios,
para engañar al tiempo que corre tan despacio.
Hay que encontrar palabras que pasen sin rozarnos,
sin destapar al hombre y a la mujer que fuimos;
hay que hablar de los hijos, de los nietos,
de este inmisericorde calor que nos aplasta,
de cualquier cosa menos de nosotros.
Hay que esconder la vida
bajo un velo cordial de gentileza,
sin una voz más alta que la otra
ni un recuerdo que agite nuestra historia
ni un reproche que echarnos a la cara.
Hoy estamos aquí esquivando a la muerte,
compartiendo un presente que no quiere nombrar
los años innombrables
y al fin la soledad camuflada de buena educación:
que tengas buena noche, hasta mañana.