Tan solo tú sabrás por qué lo decidiste,
me refiero, ya sabes, a dejar de vivir,
a negarte la risa y el amor y las noches
en que reina la luna sobre todas las penas,
la música, la vida de todos los que amaste,
el dolor de los otros, que estábamos ahí
mirándote impotentes durante tantos años
mientras tú te empeñabas en morir.
Tú no te has muerto hoy, querida amiga,
tan solo has conseguido, por fin has conseguido
certificar el hecho de tu muerte,
sepultar tus cenizas bajo un mármol
que tapara los años que sobraban.
Has triunfado al final, enhorabuena.