Hoy, tras mucho pensar, he decidido
inventarme una vida,
dejar de lamentarme por lo que ya no tiene
ninguna solución ni vuelta atrás
y fabricar recuerdos que nunca sucedieron.
A quién va a interesar, al fin y al cabo,
que sea o no verdad lo que yo cuente;
a esta edad lo que importa es tener una historia
que despierte en los otros una pizca de envidia
y una añoranza dulce en nuestras noches.
¿Recuerdas aquel día -¡qué torpeza!-
que se vertió el gin tonic?
que se vertió el gin tonic?
Cayó por la abertura de mi escote
y estabas tan sediento que bebiste
las gotas que rodaban por mi pecho.
las gotas que rodaban por mi pecho.
Era tanto el calor que nos pasábamos
los cubitos de hielo, goteaban
en tu boca y la mía.
en tu boca y la mía.
Y más tarde encontraste
una piel de limón sobre mi vientre
y algún granito de pimienta rosa.
-Ya no me gusta el whisky, tomaría...
un segundo gintonic.
un segundo gintonic.
-Pero esta vez será con cardamomo...