Supongamos que es jueves, supongamos
que no tenemos miedo, supongamos
que en Madrid hace sol y que los bares
bullen de gente y risas y de amigos,
supongamos que vamos de la mano
y que en el metro alguien nos empuja
y yo me agarró a ti porque me caigo,
supongamos que entonces nos miramos riendo.
Supongamos que hablamos de las cosas normales,
de libros, de política, de los hijos, los nietos,
supongamos que me emborracho un poco
y te digo no quiero beber más que me emborracho,
si ya estamos borrachos, me contestas,
pues es verdad, ahora que lo dices.
Y te beso y te ríes, supongamos.
Supongamos, amor, que somos libres.
Un rato, solo un rato, supongamos…