domingo, 28 de diciembre de 2014

NO ME TIENTES

No me tientes, amor, que me conozco,
mira que me he tomado dos gintonics,
que hace frío esta noche,
que estoy un poco harta de abrazarme a mí misma,
que suena el contrabajo, la trompeta
y la voz de Chet Baker me susurra al oído
algunas cosas dulces en inglés
que no quieras saber lo bien que suenan.

No me tientes, amor, que igual me olvido
de las buenas costumbres
y escondo entre tus brazos la tristeza
y comienzo a besarte y no termino
hasta que me disuelvas en saliva.

No me tientes, amor,
no juegues a rozarme sin querer
porque sé que tú quieres y yo quiero
y no me pienso andar con disimulos.

Que ya somos mayores,
que te estoy avisando,
que no podrás decir que no sabías,
que no tengo principios,
que me importa muy poco lo que ocurra mañana.

Que hoy es hoy, esta noche, los dos rotos,
la música, la vida,
la soledad cansada de estar sola.



domingo, 21 de diciembre de 2014

Y DE PRONTO UNA TARDE

Cuando ya apenas queda la imperceptible sombra
de lo que fui algún día,
de lo que fuimos todos
los que antes nos amábamos, pregunto
si fue verdad aquello que nos hizo llorar,
si fue tan importante lo que antes nos robó
el sueño y la sonrisa, aquello que nos hizo
enmudecer de miedo
cubriéndonos la piel de incertidumbre.

Las cosas se diluyen en el polvo del tiempo,
los rostros, los dolores, las imágenes,
y se opacan los brillos que nos iluminaron
la vida en un instante de locura.

Al final solo queda
un amasijo informe de emociones dormidas
en algún recoveco del recuerdo,
un temblor impreciso,
una caricia muerta entre las manos,
una mirada ciega a un ayer muy remoto,
una voz inaudible,
algún nombre, algún beso.

Y de pronto una tarde, cualquier tarde
de soledad, de hastío, de silencio,
de esas en que regresan los fantasmas,
nos irrumpe por dentro un inmisericorde vendaval 
de historia hecha jirones. 

lunes, 8 de diciembre de 2014

CÓMO PUEDO

Cómo puedo arrancarme los dolores,
separar los recuerdos de manera
que no se contaminen.

A un lado los agravios
envueltos en alguna materia impermeable,
algo opaco y espeso
que los cubra de plomo y los sepulte
allí donde no alcance la memoria.

A otro lado la dicha, los días luminosos
guardados con esmero, defendidos
con mi vida, si fuera necesario,
porque vida me dieron cuando entonces.

Cómo borrar las sombras,
cómo acallar la rabia que envenena el recuerdo,
cómo recuperar
la imagen de los tiempos de ternura,
para abrigar al menos una noche de esas que vienen frías
y no templan las mantas ni duermen los somníferos.

domingo, 30 de noviembre de 2014

POLIEDROS

Resulta que la vida no fue como pensábamos
o al menos no la vimos desde todas sus caras,
resulta que el silencio se tragó los abrazos
y que no permitimos expresarse a la piel
ni le pusimos voz a los quereres.

Ahora parece ser que no estábamos solos
cuando el mundo se hundía
y no quedaba en pie
ni un árbol donde ahorcarnos.

Me pregunto por qué no lo dijimos,
por qué la soledad siempre estuvo tan sola,
qué malditos pudores silenciaron
las palabras de aliento
qué nos paralizó el gesto de cariño.

Ahora es un poco tarde para pedirnos cuentas,
para echarnos en cara
que no supimos ver el poliedro extendido
y no es momento ya de resarcir ofensas
ni de abrir cicatrices.

El poliedro se ve desdoblando los filos,
abriendo las aristas para poder mirar
el dolor que se esconde al otro lado
y quizá comprender que alguien nos amaba
y no supo decirlo.

miércoles, 19 de noviembre de 2014

LO DE AYER

OS DEJO EL MAGNÍFICO REPORTAJE QUE MI QUERIDO ENRIQUE GRACIA HIZO AYER DE LA PRESENTACIÓN DEL LIBRO. MIL GRACIAS, AMIGO



lunes, 17 de noviembre de 2014

RECORDATORIO

Y, bueno, mañana martes, 18, LA PRESENTACIÓN.
A LAS 19,30 en la Asociación de Escritores y Artistas Españoles (AEAE), Leganitos, 10.

sábado, 15 de noviembre de 2014

EL MONSTRUO

Me ha crecido en el alma un monstruo triste
que me llena de sombras,
                                        me sumerge
en las oscuras aguas de la duda
y me ensucia el recuerdo.

Es un monstruo que engulle aquellos días
en que volví a creer
que era posible amarnos
y pone en entredicho nuestra historia.

Camina junto a mí por esas calles
que recorrimos juntos,
se mezcla entre la gente,
entra en los mismos bares
en donde todavía viven nuestros fantasmas.

Hoy estaba sentado en el rincón de siempre
escuchando a Louis Armstrong;
riéndose en mi cara me decía
cómo has podido ser así de imbécil
cuando estaba tan claro
que todo era mentira.

Al salir he querido
eliminar el tiempo de un plumazo,
retornar otra vez al punto de partida
y saltarme esos años.

Y le he pedido al monstruo que se vaya,
que me deje vivir, que no me ponga
la realidad delante de los ojos.

Que me engañe algo más,
                                       lo suficiente
para poner a salvo la memoria.

jueves, 13 de noviembre de 2014


lunes, 10 de noviembre de 2014

YO LO HE VIVIDO

¡Oh, volver a sentir lo que era eso!
Y ni siquiera necesito tanto
ya es menos lo que pido;
simplemente creerme
que un día lo sentí
intempestivamente
cuando más descuidada andaba de esperarlo.
(Carmen Martín Gaite Farmacia de Guardia)

¡Qué deprisa se olvida, cómo desaparecen
las huellas de la piel sin dejar rastro
cuando se le echa encima
el ácido vitriolo del vacío!

¡Y cómo permanece
la rabia carcomiendo la memoria,
diluyendo el más leve recuerdo de ternura!

Si parece imposible haber sentido
aquel escalofrío, aquel calambre
que cegaba la mente
y que escondía el miedo y la tristeza.

Cuando solo era el cuerpo el que mandaba
sin hacerse preguntas,
cuando cualquier instante
era eterno y la noche no quería dormir
por no dejar de amar.

Cuando brillaba el sol entre la lluvia
y era hermoso vivir.

Yo sé que lo he vivido,
                                    no sé cuándo
se nos murió la piel,
cómo dejamos que nos invadieran
los fantasmas siniestros del orgullo
y les hicimos sitio en nuestra cama,
qué hielo venenoso emponzoñó los días,
qué frío nos llenó
de escarcha la esperanza.

Yo sé que lo he vivido, yo lo sé...

sábado, 1 de noviembre de 2014

INEXISTENCIA

Tú, que no tienes nombre ni rostro ni presencia,
deja que me refugie en tu cuerpo improbable
y acógeme en tus brazos como se acoge a un perro
hambriento de caricias
que ladra sin saber que está llorando.

Escucha junto a mí la voz de Billie Holiday
desgranando derrotas de alcohol y cocaína
y, fingiendo que existes,
investiga mi espalda hasta que encuentres
esa vértebra exacta donde duele la vida,
ese pliegue de piel donde se esconde el miedo,
y quítame la ropa.

Arráncame la máscara de acero que me cubre
y deja a la intemperie mis miserias;
quiero volverme blanda entre tus manos,
y que moldees mi cuerpo con la forma de un ave;
luego dirígeme donde no exista el tiempo
ni la edad ni la muerte.
Donde no exista yo, como tú que no existes.