Cuéntame lo que ignoro de tu vida.
Cuéntame las historias
que te hicieron feliz o te mataron.
Cuéntame qué soñabas cuando niño,
las angustias que ocupan tus insomnios.
Cuéntame qué dolores te arrancan una lágrima
y qué te hace reír aunque no quieras.
Cuéntame esas pequeñas cosas que te emocionan
y qué viles miserias provocan tu desprecio.
Cuéntame todo tú, todo tu mundo
que yo te escucharé sin decir nada,
me dejaré impregnar
de tu voz, de tus gestos y tu risa,
para que luego un beso
te quite la palabra de la boca.