no volver a querer a nadie nunca
y convertirme en piedra berroqueña,
vestir mi corazón
del brillo y la dureza del diamante..!
Pero qué puedo hacer
si me miras así, como me miras,
si me apartas el pelo de los ojos
y me rozas la cara queriendo sin querer,
diciendo sin decir, como escondiendo
en un raro silencio las palabras.
Pero qué puedo hacer con este frío,
si estoy despierta y sola, golpetea
la lluvia en mi ventana y ya han dado las cuatro,
si la noche se alarga y el insomnio
una vez más se adueña de mi cama.
Compréndelo, mi amor,
no tengo más remedio que quererte.