miércoles, 20 de febrero de 2013

miércoles, 13 de febrero de 2013

NOCHE DE PIEDRA

Quizá si alguna vez me hubieras dicho
lo que tanto esperé que me dijeras
no te hubiera creído
                               y sin embargo,
hoy, que ya no me puedes decir nada,
me ha dado por pensar
que tú también me amaste.

Porque vivimos juntos muchas cosas
y a los dos nos mojó la misma lluvia.

Vimos amaneceres imposibles,
contemplamos las fases de la luna,
escuchamos atentos a los grillos
y enmudeció su canto nuestra boca.

Recorrimos idénticos caminos
en dirección opuesta, nos cruzamos
y no pudimos desandar lo andado.

Y guardamos silencios elocuentes
apenas sin rozarnos;
                               también juntos
a través de distancias insalvables
vimos cómo la vida
se nos iba escurriendo entre los dedos.

Yo no me daba cuenta
del frío que me helaba aquella noche
de piedra silenciosa.
                                    Sólo sabía
que no habría otras noches como aquélla.

Hoy
me ha dado por pensar que me quisiste
y va para dos años que estás muerto.

miércoles, 6 de febrero de 2013

ALERTA

No dejemos que muera nuestra rabia
y se disuelva en la tristeza estéril.
No.

Hemos de alimentarla cada día
como se cuida a un hijo,
regarla con la sangre
que brota de las llagas de injusticia.

No permitamos que la indiferencia
nos apague la ira.
No.

Debemos avivarla
en nuestro corazón incandescente
hasta que alcance el cenit
y arrase a los rufianes.

Sacúdeme si ves que me adormezco
o me distrae el paso de las nubes.

Aléjame si acaso me embriagara
el vino de tu boca o cerrara los ojos
al rozarme tu cuerpo. 

No dejes que me olvide,
no bajemos la guardia ni un instante.
Ahora lo que importa es liberarnos.

Ya habrá tiempo, después, de ser felices.

lunes, 4 de febrero de 2013

A LOS JÓVENES



Te doy una canción con mis dos manos,
las mismas de matar.
(Silvio Rodríguez)

Llegó por fin el tiempo en que creía

estar amortizada y, por lo tanto,
podía equivocarme por mi cuenta,
sin riesgo de perder
nada más que lo mío, sin efectos                                         
nefastos para otros,
algo muy parecido
a lo que debe ser la libertad.

Mas hete aquí que viene una deblacle
que os deja sin futuro
a vosotros, que sois nuestro relevo,
la esperanza de un mundo más cabal.

Los monstruos del dinero,
saqueadores de sueños, ladrones de ilusión,  
se permiten el lujo de malversar la ciencia
que os ha costado años alcanzar,
os echan del edén sin miramientos
y a base de amenazas
-siempre hay otro que agacha la cerviz-
os reducen a esclavos por salarios de hambre;
esclavitud de lujo, con máster, con idiomas
para entender los gritos de los desheredados
y no perder detalle
de las viles falacias del poder.

Os roban el proyecto de la vida,
el derecho de amaros,
el gozo de ser padres
porque engendrar un hijo es una heroicidad.

Yo veo en vuestros ojos el miedo y la impotencia,
esas miradas limpias cargadas de dolor
y me recorre el cuerpo una oleada
de furia que no quiero reprimir.

Y unas terribles ganas de matar.

Los abuelos saldremos a la calle,
si hace falta, blandiendo las garrotas;
los atropellaremos con las sillas de ruedas,
revivirán los jóvenes que fuimos
para hacerles tragar su desvergüenza.

Y morderán el polvo.
Se arrastrarán igual que las serpientes
por el cieno que ellos han creado.