lunes, 29 de septiembre de 2014

Y, ENCIMA, LLUEVE

Escribo porque busco, porque espero.
Pero ya no sé qué, se me ha olvidado.
(Juan Vicente Piqueras)

Ha pasado la vida tan deprisa,
tan rápido y, no obstante, tan repleta
de muerte, de dolor
e incluso, algunas veces, de esperanza,
que parece imposible haber llegado, exánime,
hasta el total vacío,
a la línea mendaz del horizonte
donde, después de todo,
de la lucha sin tregua de mil años,
ya no quedaba nada
sino el pasar constante de los días
sin perspectiva alguna ni objetivo,
sin sueños ni utopías,
solo vivir como un absurdo títere
de quién sabe qué dioses, si es que existen.

Pido perdón, yo sé que esto no vende,
que es preciso soñar, seguir soñando
con la felicidad,
el quimérico amor,
con esas cosas
que siempre sucedían en los cuentos,
pero qué voy a hacer
si esto es lo que hay en esta noche,
ni frío ni calor. Y, encima, llueve.

domingo, 21 de septiembre de 2014

LAS HORAS INCIERTAS

En las horas inciertas de la noche
en que cierran los bares,
el cuerpo se subleva y nos reclama
su parte de locura,
de caricias sin nombre y sin preguntas; 
cuando estamos
levemente borrachos de tristeza,
nos ha caído de punta 
el penúltimo cocktail de amargura,
a ver quién es el guapo
que coloca las cosas en su sitio, 
                                                se mantiene
con la cabeza fría, 
                             reflexiona
eso de que el amor es otra cosa
y se marcha a la cama en solitario,
con el alma plagada de recuerdos
y una sorda punzada entre las piernas.

viernes, 19 de septiembre de 2014

AQUELLA NOCHE

Hace veintidós años,
en una noche igual que la pasada
nada hacía pensar que no amanecería.
ni que a partir de entonces este mundo,
mi mundo, iba a ser otro.

No se abrieron
los fondos de los mares, ni siquiera
se estremeció la tierra; en apariencia
todo seguía igual, mas no era cierto;
era un sol mentiroso el que brillaba,
que no daba calor,
una fría bombilla en las tinieblas.

Que yo recuerde
no comenzó una guerra en ningún sitio
que no la hubiera antes
ni se firmó una paz de pacotilla,
continuó la injusticia como siempre,
vestida de promesas de papel.

Pero a mí nunca más
volvió a importarme el mundo ni la vida,
como antes me importaba;
ni siquiera el amor con sus quimeras
podía hacerme daño. Me volví
inmune al desconsuelo, vacunada
contra todas las penas, resistente
a todas las bacterias del dolor.

Ahora voy por el mundo
envuelta en este gris escepticismo,
en esta indiferencia desabrida.

Aunque a veces es cierto que me río
y que sufro y que gozo y que me indigno
vestida de prestado, con la ropa de otros.

La mía la perdí en aquella noche,
cuando supe que no amanecería.

domingo, 14 de septiembre de 2014

TELARAÑAS

No quiero atar mi vida a los objetos;
por más que los disfrute;
los objetos, las cosas están para servirme,
no para esclavizarme.

Distinto es el recuerdo,
los hechos que pasaron y que hicieron
la mujer que se viste con mi cuerpo.

Porque qué valgo yo sin la memoria,
sin todos los dolores que se esconden
en la malla de surcos que hoy envuelve
mi edad y mi semblante,
sin esa telaraña de derrotas
que ha tejido la vida con fibras de mi piel.

A eso no renuncio,
ni a aquel absurdo amor que duró tanto
sin que tú ni siquiera sospecharas
que amarte me salvaba de la muerte,
que eras el clavo ardiendo donde asirme
cuando todas las puertas se cerraban
y el cielo se caía.
Que eras la única luz, 
inalcanzable, es cierto, pero estabas
y eso era suficiente para seguir viviendo.

No me poseen las cosas,
─voy prescindiendo de ellas poco a poco─
me poseen las personas, los afectos,
el amor, el dolor, las emociones,
los recuerdos felices y los tristes,
telarañas que teje la memoria.

sábado, 6 de septiembre de 2014

TAL VEZ PUEDA

Tal vez pueda alguno de estos años
escribir un poema de amor, de esos que hablan
de besos y caricias y gemidos,
orgasmos infinitos
y de tocar las nubes con las manos,
tal vez pueda.

Tal vez pueda mirar las amapolas
en los campos de trigo,
una puesta de sol cuando se hunde
en las aguas de un mar inexistente
o la luna ─¡ay, la luna!─
que desde siempre ha dado tanto juego
al vicio solitario de hacer versos,
tal vez pueda.

Tal vez pueda perder
la jodida cabeza y olvidar
que la gente fracasa,
que todos fracasamos casi siempre
en el duro trabajo de querernos
y creer que es posible.
Tal vez pueda.

miércoles, 3 de septiembre de 2014

RESUMIENDO

Podrás imaginar,
cuando cruces la página,
que fue inútil, que nunca
debiste confiar en alguien como yo.
(Katy Parra Carrillo)

Qué le voy a hacer yo
si no pude encajar en los esquemas,
los malditos esquemas
que todos aprendimos desde niños.

Juro que lo intenté con toda el alma,
puse en el asador mi carne y mi ceguera,
pero siempre salía chamuscada
o demasiado cruda,
nunca di con el punto que lograra un pasar.

Es cierto, ya es muy tarde
para intentar andar por un camino
que no tiene final y que tampoco
podría ya empezar desde el principio.

He aceptado que ser feliz es esto:
no hacer daño a quien dice que me quiere,
dormir con la certeza de no ofender a nadie
tan solo por vivir tal como siento.

Que mi risa no hiera, que mi voz no se calle
cuando tenga que hablar, que mis palabras
no digan nada más que lo que dicen
sin que nadie pretenda adivinar
quién sabe qué mensajes escondidos.

Resumiendo:
cuando queda tan poco, he comprendido
-con pena he comprendido- que estar sola
es lo que más se acerca a la felicidad.