domingo, 30 de marzo de 2008

GIN-TONIC

Nos han robado una hora de sueño, dicen que para que nos dure más la luz natural. Y es verdad, son las siete y cuarto de la tarde y llueve igual que si fueran las cinco, con unas nubes muy negras bordeadas de luz blanca. Las gotas golpean a ráfagas diagonales en mi cristal y luego se escurren despacio dejando puntitos brillantes, con una brizna de sol por dentro.

Me duele el cuerpo de tanto vaguear y tanto echar de menos; he puesto una música cualquiera, baladas en inglés que no entiendo bien la letra, que acarician el alma cuando no hay caricias para el cuerpo.

Esta mañana hacía un sol engañoso, con un vientecillo frío y traicionero. He ido con un amigo a ver las joyas inverosímiles del museo Lázaro Galdeano, inverosímiles sobre todo porque pertenecieron a un señor. Viéndo toda aquella riqueza y las fotos de esa familia y su modo de vivir, decía mi amigo que eso ya no volverá y que es una pena, que la vida ahora es una ordinariez. Pues sí, seguramente es una pena para los que vivían así, pobres, se me parte el corazón. Al salir del museo hemos ido a tomar una caña a un bar muy fino del barrio de Salamanca, atendido por unos camareros tremendamente eficaces, no obstante su condición de sudacas. He pensado preguntarles si les daba pena que se hubiera perdido esa manera de vivir, que se hubiera perdido sin que ellos -que son unos materialistas y no piensan más que en sobrevivir- se hubieran enterado de que alguna vez, en alguna parte, había existido. Pero era una demagogia demasiado fácil.

Luego hemos hablado de las ventajas de tener la edad que tenemos, porque parece ser que nos queda lo mejor. Mal que bien, ya hemos hecho los deberes y ahora somos libres. ¡Ja! La carcajada me ha salido del fondo de las tripas, no lo he podido evitar. Yo quiero mucho a mis hijos, a mis nietos, a mi madre y creo que he dado cumplida cuenta de ello en este blog y no voy a volver ahora a desmenuzar las emociones de todo tipo que me provocan. Pero creo que tengo derecho a un trocito de vida propia y a veces no soy capaz de defenderlo. Me dejo invadir mi espacio sin oponer demasiada resistencia. El resultado es que son las ocho y veinte y oigo, más que escucho, una música cualquiera; ha acabado el disco y he pulsado play sin cambiarlo; ya no llueve. En mi calle brillan gotitas en las hojas nuevas de los árboles bajo el último sol de la tarde. Y yo voy por el segundo gin-tonic; total, no tengo que conducir.

viernes, 28 de marzo de 2008

SEXO SIN FRONTERAS

Mi amigo Emichu, que es un erudito en la cosa de los griegos y coautor del Diccionario de la Mitología Clásica (Alianza 1997), me contó hace tiempo la historia de Tiresias, un adivino de Tebas que una vez, paseando por el campo, se encontró a dos serpientes dándole al tema y, muerto de envidia -el amor de las serpientes tiene que ser fastuoso, trenzándose y trenzándose en un abrazo sin fin- mató a la hembra e inmediatamente se convirtió en mujer. Al poco tiempo volvió a encontrarse a dos serpientes en pleno acto, que es que las serpientes tebanas no piensan en otra cosa; esta vez Tiresias mató al macho y volvió a ser hombre de nuevo. De manera que este tal Thomas Beatie no es el primero, todo está inventado desde la Grecia clásica y sin operaciones ni hormonas ni nada.

De todas formas, es que la gente no se aclara, a mi que no me digan. Porque vamos a ver cómo es la cosa. Una mujer llamada Tomasa resulta que quiere ser Tomás; entonces se atiborra de hormonas para que le brote una hermosa barba y todo lo que le tenga que brotar, se rebana sus atributos femeninos externos -los internos no, que nunca se sabe- y se compra unos cuantos trajes de Emidio Tucci. Lo siguiente es irse a ligar a Gayarre; allí conoce a Nancy y se enrollan. Hasta aquí todo normal, es algo que ocurre cada noche. Nancy cuando vio la realidad, una vez metida en harina, debió de pensar como Osgood en
"Con faldas y a lo loco" que nadie es perfecto y que lo que importa es el amor. Se quieren tanto que deciden tener un hijo pero Nancy, vaya usted a saber por qué, no se queda embarazada, que es que la naturaleza es caprichosa, y Tomás se acuerda de que tiene ahí dentro un útero y, mira por donde, ahora lo van a aprovechar; el que guarda, halla. Y ahí tenemos a Tomás con una barriguita cervecera de cinco meses.

Yo, francamente, me hago un lío. No quiero ser políticamente incorrecta pero una, que le ponen los tíos y no pertenece a ninguna minoría racial ni a ningún colectivo marginal salvo el de ser mujer, intenta superar todos los tabús con su mejor voluntad, quiere sacar buena nota en Educación para la Ciudadanía y no practicar ningún tipo de discriminación, pero es que las circunstancias me superan. Que se aclaren, porque esto ya es rizar el rizo y se puede convertir en un tirabuzón infinito. O sea, que soy mujer pero ahora me apetece ser hombre, dejarme barba y lucir unos selváticos pectorales, pero como soy mujer me gustan los tíos, así que me convierto en un tío pero gay. O al revés, soy un tío pero me siento mujer y quiero tener una exuberante delantera y ponerme tacón de aguja, pero como soy un tío me gustan las mujeres, por lo tanto me hago lesbiana. Pero no acaba ahí la cosa, porque esta espiral nos puede llevar al punto de partida. Veamos: soy un hombre homosexual y ahora quiero ser una curvilínea Barbie; me pongo de aquí, me quito de allá y ya estoy lista para enamorarme de un guardia civil. Y la otra versión: soy una mujer un poco bollo, me forro a hormonas masculinas, se me atrofian mis cosas, me sale un frondoso mostacho y no hay gachí que se me resista. Pues, la verdad, para este viaje no necesitábamos alforjas, estamos como al principio.

Volviendo al amigo/a Tiresias, una vez Zeus y Hera andaban discutiendo sobre cuál de los dos sexos obtenía mayor placer de la cosa -ya son ganas de discutir, que si yo me lo paso mejor, que si tú qué sabrás- y, para salir de dudas, consultaron a Tiresias, ya que había sentido ambas sensaciones en sus propias carnes. Y, desde su experiencia, sentenció que sólo cuando fue mujer se enteró de lo que vale un peine. De manera que yo... quita, quita, que me quede como estoy.

jueves, 27 de marzo de 2008

¡¡¡¡FELICIDADES!!!

Parece que no, pero hay que ver lo que da de sí un año cuando se pone interés. Mientras el común de los mortales andábamos enredados en odiarnos tiernamente, cada uno pensando cómo tocar las narices al otro, qué nueva mentira inventar o dónde encontrar un nuevo escándalo de corrupción del contrario que publicar, ellos a los suyo, aprovechando cada gramo de vida de la que los mayores hemos dejado por ahí tirada, como si nos sobrara. Que yo sepa, en este año no han escuchado ni siquiera una tertulia ni han leído un sólo periódico y mirad el resultado. Carmen es una reinona morena y racial, como corresponde a su nombre, llena de curvas y de michelines, igual que una venus de Rubens pero del país. Tiene unos ojos risueños y unos morritos jugosos y se rie sin parar. Simpática y guapa como ella sola, es la reina del mambo por donde pasa. Y Jaimón, con sus ojos inmensos y su cara de hombre, es alto y delgado como su tío, inquieto como una ardilla, audaz y descerebrado, se lleva todos los golpes.

Hace un año lo conté; también conté cuando llegó Jaime a casa después de su reclusión en la incubadora, de aquella lucha que mantuvo él solito por alcanzar los dos kilos, el precio de su libertad. En aquellos días me acompañastéis todos vosotros. Hoy quiero celebrar con vosotros su primer año. A los padres y a los niños ¡¡¡FELICIDADES!!!

sábado, 22 de marzo de 2008

SÁBADO SANTO CULTURAL, DE VINOS Y DE MADRE

Estos días Madrid es un lugar vivible. A mí me gusta siempre, hasta cuando no hay quien viva pero ahora es una verdadera gozada. Se circula bien, se tarda un tiempo razonable en llegar a cualquier sitio, la gente no está tan tensa y se puede aparcar sin demasiados problemas. Es un placer caminar entre Atocha y Cibeles por el Paseo del Prado, la Milla de Oro llaman a ese tramo donde están los mejores museos, el Reina Sofía, el Thissen y el Prado. Y esta mañana me he echado a la calle para andar por allí, como una guiri cualquiera. El Paseo del Prado ahora está invadido por unas esculturas inmensas de un tal Igor Mitoraj del que yo no tenía noticia hasta ahora, lo bueno de mi incultura enciclopédica es que nunca acabo de aprender. El caso es que han llenado la calle de cabezas enormes, una de pie delante de un árbol que la adorna con una melena vegetal tipo afro, y otras en cambio tiradas por el suelo de cualquier manera, como si fuera un desguace; también hay unos pedazos de cuerpos tremendos, que hacen que una se sienta como un miserable insecto.

Ayer saqué en internet la entrada para ir a ver a las lánguidas chicas de Modigliani, con sus talles largos y sus rostros interminables, de ojos grandes y tristes. Me ha gustado mucho la exposición; está muy bien montada cronológicamente y explica muchas cosas de su trayectoria vital y artística; además de su obra hay algunas de otros artistas con los que tuvo relación e influyeron en su arte, como Cezanne, Picasso o Toulouse-Lautrec, que siempre son un regalo. He ido sola, hay cosas que se pueden hacer muy bien sola, aunque cuando estoy metida en algo que me gusta y lo paso bien, es cuando más echo de menos a quien quiero. Ya he dicho alguna vez que para el tedio no necesito a nadie. Pero he tenido la suerte de encontrarme a Ignacio y Carlos, que estaban en la cola como dos pringaos que son, que estos chicos no se han enterado de que existen las nuevas tecnologías. Yo, muy chulita con mi entrada en el bolsillo, he pasado a la exposición y ellos se han ido a tomar vinos dejando la cultura para mejor ocasión. Pero, como hay tiempo pa tó, al salir me he unido a lo de los vinos y hemos hecho muchas risas.

Después he ido a buscar a mi madre porque soy la única hija que le queda en Madrid estos días y me la he traido a casa a comer un potaje de vigilia, a ver una película que le apetecía y a charlar de cosas de los hijos, de los suyos -entre los que me cuento- y de los míos que me tienen un poco harta. Hemos visto fotos de Jaime y de los otros cuando eran pequeños y de mis primeros tiempos de casada, cuando la vida era una reluciente madrugada, que diría Luis Alberto de Cuenca. La verdad es que la noche cayó enseguida, pero seguimos viviendo.

viernes, 21 de marzo de 2008

JUEVES SANTO

Hacía mucho que no iba a Sigüenza, creo que fui en enero, un día cercano a Reyes, que voy siempre porque es un día de niños y, bueno, Jaime siempre será niño. Pero no había vuelto. Ya he dicho algunas veces que aunque adoro Sigüenza, tengo amigos y conozco a todo el mundo, hace años que no pertenezco a ningún grupo y estoy un poco perdida, un poco desubicada. Y no hay peor soledad que la soledad entre conocidos, voy por ahí saludando a todo el mundo, dando besos aquí y allá -qué ricos tus nietos, cómo está tu madre- y al final no estoy con nadie. La soledad anónima de Madrid no me importa, a veces hasta me gusta, pero allí es otra cosa.

Hoy llevaba la compañía puesta y lo he pasado bien. He ido con Chines y Rose y allí se nos han unido Paloma y Nina, así que ha sido un estupendo día de chicas. Contra todo pronóstico hacía un tiempo espectacular, un viento frío se había llevado las nubes y las torres de la Catedral destacaban majestuosas contra el cielo de un azul casi añil.

Yo quería que mis amigas vieran ese ambiente de Semana Santa, mezcla de fervor, tradición y el proverbial borracherío, con los armaos tomando vinos por los bares vestidos de armaos, pero resulta que el Jueves Santo no hay procesiones, vayapordiós, y los armaos estaban por los bares, claro, pero vestidos de señores corrientes y no es lo mismo. Los cronistas no se ponen de acuerdo en cuanto al origen de los armaos. Parece ser que son los sucesores de los Hermanos de la Disciplina, que desde el siglo XVI o así, eran los encargados de portar los pasos en las procesiones.

Como las costumbres cambian que es una barbaridad, hoy ya no tienen disciplina ninguna pero da lo mismo porque llevan los pasos divinamente, muy disciplinados y con sobrada prosopopeya. Vamos, nadie diría de algunos que yo me sé que son pecadores de reconocido prestigio. Y perdonad la manera de señalar.

En el primer bar que hemos entrado yo he pedido una limonada y Rose, que es neozelandesa, se ha quedado perpleja de que pidiera eso con el frío que hacía, seguramente creía que era un granizado de limón; pero cuando ha visto lo que es, le ha cogido afición y no ha perdonado un bar sin probarla; claro, luego le dolía la cabeza. Hemos comido muy bien en el Sánchez -más conocido por El Tranfullas- hablando de tíos, naturalmente, que para eso estábamos sólo mujeres.

Paseo por las Travesañas y, al caer la tarde, por la entrada del pinar. Pero cuando se ha ido el sol se nos ha congelado hasta la conversación y hemos vuelto a Sigüenza, dejando atrás una luna llena pálida que se escondía entre los pinos.

sábado, 15 de marzo de 2008

LO MÁS PARECIDO A LA FELICIDAD

El jueves venía hacia Madrid desde Torrejón a esa hora en que el cielo está tan bonito que es un peligro mirarlo. Con tanta campaña electoral y tanta tensión, casi no me había dado cuenta de que está llegando la primavera, los árboles retoñan despacito y cada día es un poco más largo que el anterior. Las gentes de Madrid son -somos- callejeros por vocación; sobre todo en esta época nunca encontramos el momento de retirarnos a casa y dejar descansar a esta vieja y maltratada ciudad que siempre está dispuesta a aguantarnos. Pero yo estos días me noto cansada, más otoñal que otra cosa, con ganas de quedarme en casa y escasa primavera en el alma.

Una por la radio se entera de muchas cosas, por ejemplo de los nuevos pecados, algunos de los cuales me han dejado muy tranquila porque no están a mi alcance, como ser demasiado rico. Lo que pasa es que observo cierta ambigüedad en la definición y si las cosas se dejan al criterio de cada cual, pues ya se sabe, que algunos tienen una conciencia muy laxa y nunca les parece demasiado.

Los políticos todavía colgaban de las farolas como ahorcados; al arrugarse los carteles, las sonrisas electorales se habían convertido en unas muecas inquietantes. En el atasco me entretenía mirando el cielo que era un prodigio de azules surcado de chafarrinones rosas y en la radio he oído que la inflación de febrero se ha disparado por culpa del tabaco y del alcohol, ahora entiendo yo que cada vez me resulte más duro el fin de mes; ya podía subir, no sé, el caviar o las angulas, pero no los artículos de primera necesidad. También se hablaba del PP sin parar, y eso que ha perdido que si llega a ganar... no sé. Que si uno se va, que si otro se queda, que si la de más allá está enfadada, que si Camps, que si Zaplana, que si Gallardón. A mí la verdad es que me trae sin cuidado lo que hagan estos señores y también los otros, no entiendo por qué nos cuentan sus planes todo el rato como si a todos nos fuera la vida en ello. Creo que ya nos han robado demasiado tiempo, ya hemos votado y punto; ahora que se pongan a trabajar y nos dejen en paz. Ya no quiero que vuelvan a entrar en mi casa, no los he invitado a mis comidas con amigos ni, mucho menos, a que se metan en mi cama.

Quiero que me dejen vivir, amar y bailar boleros. Quiero ver cómo aprenden a andar los gemelos y tener largas conversaciones con Palomita. Quiero reírme con Marcos y enternecerme con Almudena. Quiero acompañar a mi madre en su última etapa y hacérsela más llevadera. Quiero ser consciente de que amo y me aman y también permitirme el lujo de dejarme envolver por esa tristeza dulce que me invade a veces, cuando repaso el álbum de fotos de mi vida y rescato del pasado todos los momentos en que fui feliz. Una vez le oí decir a Antonio Gala que a lo largo de su vida había sido feliz dieciocho días...pero no seguidos. Yo creo que tuve algunos más pero no sé si fui consciente en su momento. Ahora miro en las fotos la sonrisa de Jaime sola, aislada de todo lo que entonces la rodeaba y pienso que quizá cuando estaba conmigo la vida no me dejó disfrutarle como se merecía.

Ahora no quiero que nada ni nadie me robe, ni que nada ni nadie contamine un solo minuto de lo que tengo, que es lo más parecido a la felicidad.

martes, 11 de marzo de 2008

OTRA VEZ ES 11-M

En medio de la resaca electoral, de los análisis, de las tertulias, de si se va Rajoy o se queda, del triunfalismo excesivo de unos, de la lucha por la sucesión de otros, en medio de todo eso, hoy es otra vez once de marzo y no es día para hablar de política ni de politiqueos.

La vida ha seguido después de aquello. Y muchos, casi todos, nos hemos enredado en nuestras pequeñas marañas, como siempre. En los amores, en los desamores, en cómo ir tirando este mes, en estoy hasta los mismísimos de mi jefe, en qué voy a hacer estas vacaciones. La vida ha seguido. En estos cuatro años ha habido cuatro veranos, cuatro otoños, cuatro inviernos y ya mismo vamos a entrar en la cuarta primavera. Pero hay ciento noventa y dos familias para las que ya no existen más estaciones que las de Alcalá de Henares, Atocha y El Pozo, para las que, desde aquel 11-M, vivir sólo es sobrevivir.

No puedo añadir ni una palabra. Todo lo dice el post de Deyanira que acabo de leer. Ante ese horror lo mejor es el silencio.

lunes, 10 de marzo de 2008

¡¡¡PRESIDENTE, PRESIDENTE!!!

De repente me he vuelto buena. De verdad que siento enormemente que lo que para mí es una alegría para otros sea un disgusto. Y no es que se me haya pegado el talante de ZP, es que hoy, esta noche, de verdad lo siento así. Yo quisiera que hoy toda España estuviera contenta, no siento ningún placer pensando en el berrinche que se han llevado en Génova, es que no me reconozco. Ayer mismo estaba deseando que se les pusiera la cara verde de envidia, pero hoy, esta noche, todo es distinto.

Quiero, deseo con toda mi alma que la felicitación de Rajoy haya sido sincera. Quiero, deseo que las palabras de ZP tras la victoria -tan medidas, tan impecables- le hayan nacido de la buena voluntad. Quiero creer en mi país, quiero que seamos capaces de convivir sin odiarnos, quiero que cada uno defienda sus ideas sin insultar al otro, no quiero volver a avergonzarme de mi país, no quiero dar al mundo más espectáculos de ira ni de odio entre españoles. ¡Joder! que tenemos un país que no se merece lo que ha pasado en estos cuatro años. Que todos tenemos amigos en todas partes, que quiero seguir siendo amiga de todo el mundo.

Me ha dado mucha pena lo de Izquierda Unida y espero que el sacrificio que han hecho los que la llevan en el corazón no sea en vano. Espero que el nuevo gobierno sepa utilizar sus votos como se merecen; como ha dicho ZP, que sirvan para los que no tienen de todo. Y me ha encantado que el PSE ahora sea la primera fuerza política en Euzkadi, hay muchos vascos que quieren seguir sendo españoles. En Madrid, revolcón como estaba previsto, aunque en mi mesa electoral, en un colegio de barrio obrero hemos ganado. Algo es algo.

Al final no he ido a Ferraz; estaba agotada, no sé si sabéis lo que es estar desde las ocho de la mañana hasta las doce de la noche en el colegio electoral. Por suerte se ha acercado mucha gente a las urnas pero, por eso mismo, el recuento ha sido laborioso y al final he acabado cuando ya casi había terminado la fiesta y no me sentía con fuerzas para coger el coche y acercarme a Ferraz.

Al final me he hecho amiga del interventor del PP, un tipo encantador. Nos hemos llevado tan bien que la presidenta y las vocales decían que debían aprender nuestros jefes.

Igual en las próximas vamos ambos de números unos y gane quien gane este país será una balsa de aceite.

sábado, 8 de marzo de 2008

REFLEXIONANDO, REFLEXIONANDO...

Es un sábado raro, con un sol desganado y poco convencido de su fuerza. He venido a trabajar con el sueño pegado a las pestañas y una congoja pringosa inundándome. No puedo olvidarme de esa familia de Mondragón que ni siquiera puede vivir su dolor con tranquilidad, sin que se lo roben o se lo manoseen o se lo contaminen de política.

El dolor de Patxi López y de los socialistas vascos es otro dolor. Isaías Carrasco era nada más -y nada menos, por lo que se ve en Euzkadi- un militante de base, un tipo que además de ser un trabajador, un padre, un hijo, un marido y un amigo de mucha gente, arañaba algo de tiempo a todas estas cosas para dedicarlo a su partido. Esto parece que no es nada, pero cuando no se tiene ninguna ambición política ni se pretende vivir de ello, a veces da mucha pereza, apetece tumbarse en el sofá o irse de txikitos con los amigos, en lugar de ir a la Agrupación a echar una mano en lo que haga falta. A mí, francamente, me ha parecido muy bien que Patxi López le dijera cuatro cosas a Rajoy, que ya está bien de tanta corrección política y tanta leche. Que decir según qué cosas tiene un precio y luego no se puede ir dos días antes de las elecciones a hacerse una foto dando el pésame a los mismos que has insultado. Eso no es así, eso no es así, dicen que decía María San Gil. Eso sí es así, señora San Gil, ustedes llevan cuatro años acusando al gobierno de España de traicionar a las víctimas; agredirlas, dijo el otro día en el debate y lo han oído trece millones de telespectadores: "He dicho lo que dicho y no lo retiro". No, mire usté, la corrección política está muy bien pero para todos y siempre. Y ustedes no vayan ahora de víctimas porque no se lo cree nadie. ¿Qué es eso de que Patxi López le impidió entrar a dar el pésame a la familia? ¿Es que le sujetaron entre dos matones? No entró usted, Sr Rajoy, porque no tuvo güevos, que una cosa es soltar soflamas en el parlamento, en la televisión y en los mítines y otra muy distinta mirar a los ojos a la viuda y a los hijos.

Y bueno, la suerte está echada. Mañana iremos a votar, espero que en masa. Y a partir del lunes empieza la vida real; debe ser que la política exige escenitas tan tiernas como la de ayer en el parlamento, pero ¿quién se cree lo de la unidad? Yo no, desde luego, pero Astarloa tampoco. Y a lo mejor hay que agradecerle la claridad.

viernes, 7 de marzo de 2008

EL CAMPO DE MINAS

Creo que todos nos lo temíamos, yo al menos me lo temía. Desde que empezó la campaña vivo con la sensación de estar atravesando un campo de minas y cada día que pasaba, por un lado iba quedando atrás más terreno, se iba acercando la orilla y eso era un alivio pero por otro, cuanto menos terreno quedaba por cruzar más aumentaba el peligro. Y al final la mina ha estallado.

En este momento todo lo que se pueda decir respecto a la tragedia humana que representa la irrupción de la muerte -y de una muerte violenta e inesperada- en una familia, es una obviedad que suena a tópico. Yo me siento incapaz de meterme en la piel de esa mujer y de esa hija, abrazadas a su marido y a su padre mortalmente herido, empapándose en su sangre. Es tan enorme que las palabras son inútiles, se quedan muy cortas, no aportan absolutamente nada.

Tampoco puedo decir nada que no suene a hueco de tan gastado, sobre los asesinos; sólo se me ocurren los mismos juramentos de siempre, y recurrir a mi repertorio de improperios, tan insuficiente, tan ridículo para lo que merecen.

Lo que sí quiero expresar es mi admiración a la gente corriente de Euzkadi, a la que sale todos los días a la calle y atraviesa el campo de minas. A la gente como Isaías Carrasco que se juega la vida -y muchos la pierden- militando en un partido político no nacionalista. Era un tipo corriente, un trabajador con una mujer y unos hijos que además militaba en un partido político y eso le ha costado la vida. Y quitarme el sombrero ante todos los que el domingo tengan el valor de ir a votar en Euzkadi, atravesando el campo de minas.

Pero sí quiero decir que oír la frase "unidad contra ETA" en según que bocas, precisamente hoy, me produce náuseas. Precisamente hoy, contemplar los juegos malabares que hacen algunos con las palabras, para decir sin decir lo que lo que no han parado de decir en cuatro años, me parece patético.

El ínclito señor Alcaraz hace unos días vaticinó que ETA anunciaría el alto el fuego poco antes de las elecciones. Se le ha debido estropear la bola de cristal.

Reflexionemos mañana, reflexionemos.

lunes, 3 de marzo de 2008

EL SARPULLIDO

Ya queda poco por hacer; los sufridos ciudadanos iremos el domingo a votar y la pelota caerá de un lado o de otro según sople el viento y consiga arrastrar ese voto exigente al que tanto cuesta entrar en la urna si no está absolutamente convencido. En cualquier caso, parece que no va a haber grandes diferencias y el que gane, sea quien sea, debería hacer un esfuerzo y no olvidar que casi la mitad del electorado habrá votado a su oponente. Una vez que pase la noche electoral en la que unos y otros daremos rienda suelta a la legítima euforia o a la lógica desilusión, todos, empezando por los políticos que por una vez deberían predicar con el ejemplo, tendríamos que hacer un ejercicio de humildad y de autocrítica y pensar que la verdad es poliédrica y nadie la ve completa.

Por poner un ejemplo, mi amiga Fajas Ruiz, a la que conozco desde hace muchos años, y a la que además de admirar su habilidad con la pluma, aprecio y sé de su inteligencia y sentido común, termina su post de hoy deseando que a ZP le salgan almorranas garrapiñadas (sic). Lo cierto es que yo también deseo que a Rajoy se le atraganten los fideos, que se ahogue en su propio vómito y que le eche la pota a Josemari encima de la brillante melena y del jersey rosa. Y es que a mi amiga Fajas, ZP le produce un sarpullido similar al que a mí me producen Rajoy y Josemari; pero el sarpullido no es algo racional sino una reacción alérgica de nuestro yo más perverso.

Ha sido una legislatura áspera, dura y desagradable hasta decir basta. Yo personalmente he acabado hasta los mismísimos de que me llamen "gentuza" y cosas así, de tener Madrid invadido de energúmenos blandiendo la bandera de todos un sábado sí y otro también, que muchos me he quedado encerrada en casa con la música muy fuerte y otros he salido huyendo. ¿Cuántas manifestaciones han sido? Sólo contra el terrorismo -es un decir- creo que siete, en la legislatura que se han hecho más detenciones y ha habido menos atentados, al menos mortales. Además, contra la devolución del Archivo de Salamanca, contra la Ley de Educación, contra el Estatuto de Cataluña, contra el matrimonio homosexual...cualquier asunto servía para armar follón, porque de lo que se trataba era de acosar al gobierno y que no terminara la legislatura. En fin que ha sido agotador. Supongo que estos miles de ciudadanos que sábado tras sábado se echaban a la calle también estarían hasta los mismísimos de no sé qué aunque, en realidad, no tuvieron mucho tiempo de hartarse antes de echarse a la calle, porque empezaron bien pronto a manifestarse y desde el primer momento con verdadera saña. Eso, sin contar con la teoría de la conspiración, que ha tenido mucha tela.

Superar todo esto, a mí me va a costar, tanto si ganan los míos como si pierden. Cuando uno se ha sentido machacado sin piedad durante cuatro años, es muy difícil no arrojar la victoria a la cara del adversario o asumir la derrota con autocrítica y sin rencores.

Pues eso, que a ver qué pasa. Que votemos todos tratando de calmar los picores de los sarpullidos y, después de la resaca, intentemos recuperar la sensatez.