miércoles, 8 de febrero de 2017

VEJEZ

Cuando ya no emocionan
los poemas de amor 
y los "te quiero" suenan
igual que calderilla en el bolsillo

cuando una ya ha aprendido
que no puede engañarse con quimeras
y tan solo ve ranas
al mirar a los ojos a los príncipes

cuando la soledad es un refugio,
una adictiva droga
y no hay mejor abrazo
que el que nos dan las sábanas vacías

cuando salir de casa
en busca de emociones engañosas
no merece la pena, porque luego
la verdad implacable nos sepulta

quiere decir que la vejez asoma
su decrépito rostro y ya no queda
ni un árbol como deben ser los árboles:
con una hermosa rama donde ahorcarse.