jueves, 28 de noviembre de 2013

A QUIEN CORRESPONDA














Tú no puedes saber cómo te quiero

soy tan torpe y acaso tan cobarde,
soy tan parca en palabras, tan inepta
para derribar muros de silencio…

No puedes, porque yo no te he contado

el tiempo que dedico a descubrir
qué pesadillas guardas en tu almario,
a interpretar tus gestos, a acecharte,
a amarte inútilmente
con premeditación y por la espalda.

No puedes ni siquiera imaginar
la cantidad de abrazos que he perdido
sin estrechar tu hombría.

No existe para mí mejor regalo
que saber que la vida
te trata con esmero y no te causa
excesivas tristezas.

Pero daría
íntegra la fortuna que no tengo,
mi corazón y algunas otras vísceras
por saber que un instante,
al menos un instante,
                                 has recordado
que existo y que te quiero.

miércoles, 27 de noviembre de 2013

AZUL COBALTO

Este cielo tan limpio
no es de fiar
a saber lo que esconde tanta belleza.

Cómo no deslumbrarme con su brillo
en medio de la niebla cotidiana;
no sé cómo podré cerrar los ojos
ni cómo resistir al espejismo
de refugiar en él mis soledades.

Una se lanza en cueros a la calle
y se queda aterida en sus brazos de hielo.

Es su aspecto tan cálido y su verdad tan fría,
es su color tan bello y su tacto tan duro
que parece un zafiro; se diría
que quiere seducirme como un chulo barato,

como un vulgar amante mercenario.

lunes, 25 de noviembre de 2013

LOS FUERTES

Que los dioses nos libren de ser fuertes,
que no nos caiga encima el sambenito.

A los fuertes les toca servir de rompeolas
de todos los dolores; ya se sabe
que los dardos rebotan en su piel de elefante.

Se les puede ignorar o golpearlos
con las palabras o con los silencios.
Se les puede hacer daño sin peligro
ellos soportan siempre el aguacero.

No es necesario ni tomar en cuenta
su mínimo dolor ni su insignificante,
ridícula tristeza.

Incluso a veces pueden perdonarles la vida,
en un alarde de misericordia.


Yo tengo para mí que no es negocio.
En mi próxima vida
a ver si tengo suerte y nazco débil.

domingo, 24 de noviembre de 2013

NACEMOS LIMPIOS

...y esperan que tu llegues
como un animal manso
a comer en su mano.
(Ángel González) 
Nacemos impolutos,
limpios de mezquindades, sonreímos,
lloramos, nos movemos
por las cosas que manda
el natural impulso.

Pero hay algunos duendes tenebrosos
a los que no les gusta la sonrisa,
que no pueden amar
porque quizá se aman demasiado
con un amor oscuro,
enfermo de agasajos y lisonjas.

Ejercen su atracción sobre los débiles,
los atraen con sus cantos de sirena
solo porque precisan su dosis de alabanzas,
el cotidiano incienso
que duerma sus sentidos y disfrace
su soledad tristísima.

No tengo inconveniente en halagarlos
siempre que lo merezcan
si con eso consiguen ser felices
e incluso puedo amarlos sin condición alguna.

Pero no les perdono que malversen
ni siquiera las migas
de aquellos que los aman,
a los que fascinaron con su encanto
y luego abandonaron.


Pero no les perdono que envenenen

el corazón de los que sedujeron
e inoculen en ellos su amargura.

sábado, 16 de noviembre de 2013

EL ESPEJO

Yo me pregunto todas las mañanas
quién será esa mujer que me contempla
desde el fondo más hondo del espejo.

Es más vieja que yo, mucho más fea
y tiene una mirada recelosa,
desconfiada, triste,
como si no quisiera vivir un día más;
como si ya tuviera todo hecho
y casi todo mal.

No sé cuándo ha llegado
ni cómo entró en mi casa,
pero, indudablemente, en un descuido
dejé la puerta abierta

Ahora no hay quien la eche, a la muy zorra.
Creedme, lo he intentado.

Me he comprado mil cremas antiarrugas
de esas que borran el escepticismo
e iluminan la tez
con un leve destello de esperanza.

Me he pintado los labios con un nuevo carmín
que dicen que conserva 
los besos para siempre. Tengo un rimmel
que oculta la tristeza y da realce
a los recuerdos dulces. 

Ahora desayuno unos yogures
cuyo anuncio promete
que mantienen en forma las quimeras
-amén de un vientre plano, por supuesto-.

Todo es inútil.
Esa bruja me espera, agazapada,
con su rictus cansado,
con su gesto de miedo, su desidia,
su cruda realidad incontestable,
allí, en lo más profundo del espejo.

viernes, 8 de noviembre de 2013

COMO SIEMPRE

Aquí tenéis, en canto y alma, al hombre
aquél que amó, vivió, murió por dentro.

(Blas de Otero)

Al salir de tu casa
me guardé tu mirada en el bolsillo
de atrás de los vaqueros.

Todo seguía igual que cada noche,
con iguales miserias
y las mismas pequeñas mezquindades,
idénticas mentiras que otras veces.

Como siempre las luces de los coches
dejándose la vida en el asfalto
dejándose la muerte en la trastienda.

Como siempre los bares atestados
de gentes aturdidas, de bullicio,
de risas, de murmullos ahogando las verdades.

Me fumé mil cigarros y tomé un par de copas,
me abracé a los amigos, como siempre,
escondiendo mi pena en los abrazos
y me contaron chistes; me dolían
los pies y la esperanza.

Sobre todo dolía la esperanza.

Pero también reí, como si nada,
dije que todo bien y juraría
que me comprometí a no sé que evento;
seguro que era muy interesante.

Tú te quedaste a solas con la muerte
y yo tenía que seguir viviendo.