miércoles, 31 de octubre de 2012

YO, SOLAMENTE ESCRIBO

Maldigo la poesía concebida como un lujo
cultural por los neutrales
que, lavándose las manos, se desentienden y evaden.
Maldigo la poesía de quien no toma partido hasta mancharse.
(Gabriel Celaya)
 
En la noche pasada he debido soñar algo muy triste;
me despertó un sollozo
que no sé si era mío o era el mundo
quien lloraba escondido en mi conciencia.

Todavía mi casa está caliente
a las dos menos diez de la mañana
y fuera está lloviendo; por lo visto
era muy necesario.

Pero no sé si el hombre que malduerme 
en la puerta del banco
necesitaba tanto de esta lluvia.

Yo me permito el lujo
de escribir de las cosas que ocurren en las calles
para la mayor gloria de mis versos
y cuento con los dedos las miserias de otros
tratando de que cuadren en un alejandrino.

Pero no hay una métrica que se ajuste a un desahucio,
no sé dónde poner el acento a la insidia,
a los viejos sin techo,
a los ojos absortos de niños embozados
en mantas empapadas de noche y de intemperie.

No sé. Y me da vergüenza.
Yo, solamente escribo.

lunes, 29 de octubre de 2012

MIS PLANTAS

Aunque todavía falta tiempo, permitidme que os pida que vayáis reservando en vuestras apretadas agendas culturales, el día 23 de noviembre. Ese día presento en sociedad a mi nueva criatura, PLANTAS DE INTERIOR, en la Asociación de Escritores y Artistas Españoles, calle Leganitos, 10, a las 7:30 de la tarde.
Estoy como tonta y al mismo tiempo nerviosa como una debutante; estas plantas son delicadas y necesitan vuestro calor y el riego de vuestra compañía.
Oficiará la ceremonia nuestro querido Enrique Gracia, para quien no tengo palabras que expresen mi gratitud; por el prólogo que me ha escrito y por tantas cosas desde hace tantos años. A él y a Sol, ese pedazo de mujer que tiene a su lado.
Hacedme un huequito, please 

miércoles, 24 de octubre de 2012

ALCORNOQUES

Recuerdo que había encinas y llovía
sin mucha convicción
y que los alcornoques desnudos por los bajos
mostraban sus vergüenzas
como putas en una mala noche.

Llovía y relinchaban los caballos
cuando hollaban mis botas los ruidos familiares
del vencejo y del mirlo.
Pero yo iba cargada de madrugadas rotas,
de insomnios contumaces y de pequeñas muertes
y arrastraba los pies sin darme cuenta.

Todos agradecieron que me fuera
con mi rollo a otra parte y los dejara
esperando en la niebla
que noviembre llegara por sus pasos. 

sábado, 20 de octubre de 2012

LA PRESENTACIÓN

Llenazo absoluto en la "Marqués de Valdecilla", tanto que muchos se quedaron de pie por los pasillos laterales o sentados en el suelo o incluso escuchando desde el hall. Vaya por delante mi gratitud a todos los que estuvistéis allí arropándonos con vuestros aplausos, vuestros silencios, vuestra calidez.

Miguel Ángel de Rus provocó al respetable interpretando a la perfección el papel de cavernícola, con una presentación intencionadamente casposa y machista que, me consta, dista mucho de su auténtico sentir. Entiendo y respeto a las que se ofendieron, pero debo confesar que a mí personalmente, salvo alguna perla de evidente mal gusto, me hizo gracia. Seguramente no estoy lo suficientemente impregnada de reivindicación o es que hace tiempo que me quité la faja de lo políticamente correcto, no sé. El caso es que la cuestión de la igualdad la considero tan obvia y tan superada a estas alturas de la liga, que creo que nos podemos permitir el lujo de relajarnos un poco y reírnos del machismo. Que, por otra parte, como las meigas, haberlo, haylo.

Pero vamos a lo mollar de la velada que, evidentemente, era la poesía. No voy a hablar de las treinta y tres poetas con las que he tenido el placer de compartir páginas; algunas son escritoras de sobra conocidas y reconocidas, cuya obra y trayectoria poética nadie discute y no necesitan para nada que yo traiga aquí sus méritos de nuevo. Sí quiero hablar de las jóvenes que, seguramente por mi ignorancia enciclopédica, he descubierto en este libro y volví a descubrir ayer iluminadas por sus voces, sus gestos y sus rostros. Creía yo que en poemas de amor estaba todo dicho, sin embargo -por poner un ejemplo- el Resguardo de una receta de la Seguridad Social, de Virginia Cantó, consiguió sorprenderme por su originalidad, riqueza de imágenes y contenido erotismo. Ella, Vanessa Torres, Laura Labajo, Raquel Campuzano, Ana Barbadillo, Silvia Gallego, Verónica B, todas apenas en la horquilla de los 30, y la veinteañera Marta Gómez Garrido, garantizan el relevo a las veteranas y traen frescura, espontaneidad, imaginación y nuevos vientos a la poesía escrita por mujeres.

Gracias a Alicia que con su cuidadísima editorial, su ilusión y su trabajo incansable es un ejemplo vivo de lo que es capaz una mujer cuando se pone a ello. Gracias por su empeño en hacer visibles las voces femeninas, un empeño que espero sinceramente que pronto no sea necesario porque ya no se distinga entre hombres y mujeres ni en la literatura ni en ningún otro campo.

Yo lo pasé muy bien con tantas buenas poetas, algunas, además, grandes amigas. Con las que están en el libro y con las que no, porque esta antología es sólo una muestra de la buena poesía que hoy están escribiendo las mujeres. Y, afortunadamente, también los hombres.

viernes, 12 de octubre de 2012

PRESENTACIÓN DE "ENÉSIMA HOJA"

El próximo viernes 19 de octubre, a las 7 de la tarde, será la presentación de ENÉSIMA HOJA en la Biblioteca Histórica "Marqués de Valdecilla".
Os esperamos.

miércoles, 10 de octubre de 2012

HOJAS

Caen en otoño las hojas de los libros
y ruedan las palabras por los suelos.
Se buscan, se entrelazan,
se arraciman en versos.
Su unión será su fuerza.

Hay letras que resbalan
por el cristal en líneas verticales
dejando un rastro húmedo
parecido a las lágrimas.

Los gorriones persiguen a los puntos y comas
entre la desnudez cohibida de los sauces
y yo voy recogiendo restos de alguna estrofa
que no haya devorado el perro del vecino.

(Foto de José Miguel Soler Aguas, tomada de la red)

UN ÁRBOL, UN HIJO, UN LIBRO

Hace ya algunos años que no planto
el abeto de Pascua en mi jardín;
ocurre que no tengo jardín donde plantarlo
ni tan siquiera abeto
para colgar adornos de cristal.
Ultimamente
suelen pasar de largo las Pascuas por mi casa.

Mas tuve cuatro hijos que algunos ya son padres
y no me he dado cuenta
de que no necesitan mi permiso
para cruzar las calles
con todos los semáforos en rojo.
Tampoco el que se fue pidió autorización.

Los árboles prendieron
pero yo me marché sin ver cómo crecían.
Los hijos se marcharon
—alguno sin crecer lo suficiente.
Ahora escribo libros
que hablan a mis hijos de los árboles
que yo no vi crecer pero crecieron.

lunes, 8 de octubre de 2012

ESTO ES LO QUE HAY