lunes, 3 de junio de 2013

INSOMNIO

Cuando ya no hay remedio
se me vienen encima,
con su verdad a cuestas,
los días que quisiera borrar del calendario.

No quisiera borrarlos,
quisiera regresar a la fecha precisa,
para poder vivirlos de otro modo.

Porque hay días que no sólo se pierden 
sino que matan otros muchos días,
los que vienen más tarde
y ya nacen enfermos de rabia y de tristeza.

Y no es fácil encontrar el antídoto
que limpie el sentimiento de lo oscuro
y volver a creer igual que antes.

O tal vez sí,
tal vez tan sólo sea una palabra
la que traiga la paz a mis insomnios.