domingo, 15 de marzo de 2015

NORTE-SUR

Porque también he perdonado
que alguna vez dejaran de quererme,
o he sufrido el silencio y la derrota.
(Teresa Núñez)


Porque así estamos hechos,
de éxitos y fracasos, victorias y derrotas,
ahora toca perder;
quizá no supe a tiempo que el amor
no era más que una guerra
con su propia estrategia, minuciosa y difícil,
un implacable juicio cotidiano
en lugar del remanso que soñaba.

Ahora me vapulea
un viento huracanado que tan pronto
me llega desde el sur como del norte
y me sacude el alma sin clemencia.

Desde el sur, la emoción irracional,
la tristeza sin causa confesable,
la absurda soledad, contradictoria
con el gélido cierzo
de la razón, que desde el norte sopla
cargado de argumentos concluyentes.

Y ya no sé qué hacer para encontrar
un mínimo equilibrio entre ambas partes.

Tendría que hacer algo, por ejemplo
caminar por el campo hasta perderme
donde se acaba el mundo,
regando con mis lágrimas las flores amarillas
que me encuentro a mi paso
y que brote una eterna primavera
o escribir con la sangre que me sobra
el poema más triste.

Pero no alcanzo nunca tan altos objetivos;
después de contemplar varias opciones
casi siempre termino,
irremediablemente, haciendo el tonto.