jueves, 13 de agosto de 2015

COMPAÑERO

Ahora que por fin hemos sabido
querernos como es debido
sin querernos todavía…
(Joaquín Sabina)
¿Qué demonios os pasa, compañeros?
¿Por qué no nos amáis
en lugar de mirarnos
igual que a los trofeos
que pueblan las vitrinas
de algunos cazadores?

 ¿Por qué os negáis la dicha de andar a nuestro lado,
por qué queréis perderos lo mejor de nosotras?
¿La alegría de amar sin competencia,
sin luchas de poder, sin posesiones?

Yo no soy, compañero,
un adorno en tu hogar ni tu media naranja.
Yo soy, igual que tú, una naranja entera,
y quiero regalarte el néctar de mi boca,
el zumo de mi amor,
el amargo dulzor de las heridas
que ha dejado la vida escritas en mi piel.

Pero no te equivoques,
fíjate que te llamo compañero,
no amo ni señor,
mucho menos quisiera
llamarte mi asesino.