miércoles, 22 de agosto de 2018

HUIDA

Huyo de mí y de ti, de tu recuerdo
hacia lugares donde tú no existes
ni tu nombre está escrito
en una roca a punta de navaja.

Contemplo desde fuera las cumbres infinitas
coronadas de nieve inverosímil,
la espesura del bosque, la fragancia,
el verde innumerable y el silencio
que atruena en la memoria de un instante
vivido contra el mundo. Lo contemplo
como quien mira un cuadro en un museo.

Y te vuelvo a pensar, como si alguna vez
hubieras compartido conmigo esta belleza
cuando lo cierto es que solo te conozco
de bares de Madrid con luces indecisas
y murmullos de voces y de música,
cigarros en la calle y algún beso
que no va a ningún sitio.

En resumidas cuentas,
un amor que no sirve para nada,
salvo para saber
que contra toda lógica estoy viva.