jueves, 4 de noviembre de 2010

SIN PALABRAS

Pero qué sabrás tú de mis silencios,
de mi mirada incierta, de esos gestos
que a veces interpretas como adustos.

Quizá sea insuficiente el diccionario,
quizá no haya palabras que traduzcan
el temblor que recorre mi cintura,
el estremecimiento de mi vientre,
la fiebre de mi piel cuando la rozas.

Emoción, sacudida, escalofrío,
nada es como el calambre que recorre
los dedos de mis pies y mis rodillas,
mis muslos, mis caderas o mi espalda,
la entera geografía de mi cuerpo.

No me pidas, amor, que te lo explique,
tan sólo mírame sin envoltorios,
sin máscaras que escondan la evidencia,
la cruda realidad sin artificios.

Despójate del miedo y ven desnudo,
ya verás como no se necesita
hablar para decir lo irrebatible.
Ya verás. Lo vas a entender todo.