miércoles, 20 de enero de 2016

EL SÉPTIMO CIELO



Un piso antes del séptimo cielo
se abrió el ascensor...
(Joaquín Sabina)

En aquel rato 
creí que había llegado hasta el séptimo cielo, 
nunca antes
hablaron nuestros cuerpos tantas cosas
sin que apenas nosotros dijéramos palabra.

Fuimos los absolutos señores de la tarde,
del frío y de la lluvia, que azotaba
los cristales muriéndose de envidia,
mientras Mahalia Jackson cantaba a voz en grito
This is my faith. Sabía que tus brazos
eran mi única fe.

Y paramos el tiempo -¿Fueron tres horas? ¿Cuatro?-
borramos las miserias del pasado, el futuro
perdió su jerarquía y el presente...
El presente era eso, aquella cama,
el diálogo mudo de la carne,
la evidente certeza de la piel.

Te levantaste al alba
y habías transmutado en otro hombre.
Parece ser que aquello nunca fue.
Quizás lo soñé yo o quizás fuera
una sensación térmica engañosa.
El caso es que seguía en la mañana
el disco de Mahalia en el reproductor.

Que te vaya bonito. Casi te lo agradezco
porque así no me duele que te vayas.
El que yo amé esa tarde no existía.