Ahora,
cuando el viejo rencor se ha trastocado
en cálida nostalgia y recupero
lo mejor de mí misma.
Ahora,
que vuelvo a parecerme a la que era,
no sé dónde poner tanta ternura
dispuesta a malversarse en cualquier sitio.
Ahora,
todo debe esconderse
bajo una espesa capa de mentira.
Silencio, punto en boca.
No se vaya a escapar algún te quiero
o una inconveniencia semejante.
Porque hay que ser sensatos
y negarnos lo poco que nos queda.