Esperanza,
araña
negra del atardecer.
(Ángel
González Sin esperanza, con convencimiento)
Porque de todo
hace más de cincuenta años
y la palabra
siempre es cada vez más breve,
porque no
queda tiempo para nada
y encima nos
matamos,
porque hay
bombas y locos y asesinos,
porque hay seres
que huyen
de otras muertes
exactas a estas muertes,
me niego a que
me engañe la esperanza,
a tirar los
retazos de ilusión que me queden
en terreno
baldío.
Me niego a que
me embauque
el amor para usar a plazo fijo
ni el abrazo con
fecha de consumo
igual que los
yogures.
No quiero
convertirme en calabaza
cuando suenen
las doce en el reloj.
Porque queda
tan poco
solo quiero salvarme
y asumir dónde estoy,
mirarme en el
espejo sin bajar la mirada
y guardarme mi
llanto
para causa más
digna, por ejemplo,
para el dolor
inmenso de los que ya no pueden
ni siquiera
llorar.