Se ha ido la noche como tantas otras,
casi sin despedirse,
con un hasta mañana distraído.
Se ha ido la noche con el dolor antiguo
el que nunca miramos a la cara
quizá porque no tiene remedio.
Se ha ido la noche pero yo me quedo
en medio del silencio,
a solas con la pena limpia de polvo y paja.
Está tan lejos todo lo que quiero
como si nunca hubiera sido mío;
todo por lo que muero a trompicones
lo siento tan lejano como a un contestador
que respondiera a un grito de socorro
déjame tu mensaje,
y yo te llamaré lo antes posible.
Un cigarro tras otro, porque copas no quiero.
Quiero ver los motivos y entender
por qué demonios son así las cosas.
(Dibujo de José Manuel Merello www.merello.com)