se hunde se destierra se concluye
sabios de pacotilla interrogan a marte
comprueban que está muerto y sin historia
y en esa nada invierten
los millones del hambre
el mundo los mundanos los mundillos
se atragantan de miedo/sin embargo
millonan sin cesar los millonarios
con lágrimas de otros compran euros
y con los euros compran armas
y con las armas fundan la basura
de los cadáveres sin cruces
el mundo desafina con el hombre
trabaja sin cesar por su suicidio
quiere morirse de una vez por todas
loco de inundaciones y seísmos
de hipocresías y otras religiones
pobre mundo de mierda y de huesitos
va rodando redondo en el espacio
el mundo es un escándalo/su estruendo
hecho de rock y cañonazos
va anonadando todos los sigilos
y perforando tímpanos y utrículos
hasta las oraciones odian los decibeles
pero allá arriba siguen más sordos que beethoven
(Mario Benedetti)
El mundo se deshace como harina
y mientras cae se lleva por delante
la vida y la esperanza de los pobres.
Cuando reviva ya será otro mundo
en el que sólo algunos tendrán sitio.
El hombre ya no es hombre sino esclavo
de intereses ajenos, miserables
-tómese la palabra en el sentido
que designa al mezquino, al usurero-
se ha quedado sin voz, sin utopías,
sin dignidad ni fuerza para alzarse.
Le han robado el presente y el futuro,
el orgullo de ser hombre o mujer
cuyos hijos estaban destinados
a edificar un mundo de justicia.
La buena gente,
muda comparsa de tanto desafuero,
harta de engaños y de latrocinios
-guarismos infernales que no entiende-
a costa de su pan y de su sangre,
concluye que la muerte representa
la única solución de la miseria.
Quiere morirse de una vez por todas.