viernes, 30 de octubre de 2020

LLANTO

En un mundo asolado por el miedo,
partido en mil pedazos, 
donde reina el dolor y la miseria, 
donde el hambre se extiende como aceite 
y se hace fuerte el odio 

cómo volver la vista a lo doméstico, 
a las pequeñas penas, antes insoportables, 
al abrazo imposible, 
cómo soñar un beso o deleitarse 
con los ojos cerrados 
en un recuerdo hermoso ya sin rostro ni nombre. 

Si ya no queda nada 
y las pasiones ciegas han mutado 
en un dulzor ambiguo sin fuego y sin aristas, 
una suave nostalgia resignada 
de lo que pudo ser si hubiera sido.