domingo, 8 de junio de 2008

EL COHETE

Parece que este año, de momento, no nos vamos a quitar el sayo. Junio ha entrado indeciso y vacilante, sin ninguna convicción. Ha amagado un par de días, pero nada; vuelven los nubarrones, la lluvia, el viento y el desasosiego. Y para desasosiego el que nos producen los telediarios, que yo no sé cómo va a salir ZP de este marronazo. Menos mal que hoy nos ha dado una alegría Rafa Nadal que, literalmente, ha machacado al gran Federer sin despeinarse, bueno, despeinado está siempre, de su natural; 6-1, 6-3, 6-0, ni él se lo creía. Cuatro Roland Garros consecutivos, tres de ellos contra el número uno del mundo. Me he emocionado viéndole mirar al frente con su cuerpazo y su cara de niño indio, escuchando el himno nacional. Federer, un señor, como siempre gane o pierda, aunque yo creo que está de Rafa un poquito hasta las pelotas -de tenis, of course-. Y a su novia, la pobre, se le saltaban las lágrimas en la grada. Por cierto, que vale más él que ella, tiene un poco de cara de pan.

Pero no todo es deporte y huelgas; esto de la crisis parece ser que aguza el ingenio y la gente se exprime la sesera. Una empresa americana llamada
Celestic. Inc. ha sacado al mercado lo que podríamos llamar el entierro sideral; la cosa consiste en enviar a la luna el uno por ciento de los restos del finado tras la incineración, al módico precio de 9.500 dólares, una minucia, que ya estoy viendo yo a los herederos jurar en arameo cuando lean en el testamento el último caprichito del abuelo: ahora tenemos que apartar un kilito para pagar el cohete, con lo bien que nos venía para amortizar el crédito del coche. La empresa también ofrece un pack para parejas que quieran pasar una eterna luna de miel en el Mar de la Tranquilidad, en lugar de en Cancún como todo el mundo; lo malo es que tiene que ser póstuma y ya no sé si merece la pena, mira, cariño, qué te parece que nos gastemos los veintinueve mil y pico dólares en irnos a Punta Cana ahora que estamos vivitos y coleando, es un poco hortera pero lo vamos a pasar da buten y nos hacemos fotos y video para enseñarlo a los amigos, yo, lo que tú quieras pero piénsatelo.

Porque es que ni siquiera los mandan enteros y amortajados en un traje de astronauta que, bueno, la cosa podía tener su punto; no, lo que mandan es sólo el uno por ciento de las cenizas, metido en una cápsula como si fuera un nolotil. Yo, la verdad, si me van a convertir en un medicamento prefiero que alguien saque provecho y elaboren con mis cenizas un antiinflamatorio eficaz que alivie los reúmas de algún ser querido; o una viagra que pueda ayudar a algún amigo en caso de necesidad.

Pero yo es que siempre voy a lo práctico.