Definitivamente, soy más noctámbula que Drácula. Llevo todo el día arrastrándome, deseando llegar a casa y tirarme en el sofá, quedarme frita viendo una peli y llegar a tientas hasta el catre. Sin embargo ahora, casi es la una de la madrugada y tengo los ojos como un buho.
Pero además tengo motivos para escribir un post. Y es que hace justo un año estaba yo en una reunión, conspirando para dar caña al aparato de mi agrupación socialista, lo que pocos días más tarde me costó la dimisión de mi cargo -más bien carguillo- de secretaria de mujer e igualdad, cuando sonó mi móvil. Era Jesús para decirme que Sara estaba de parto, así que dejé colgada la política y me fui, cruzando Madrid de punta a punta, a la clínica Belén. No se puede estar en todo y lo primero es lo primero.
Hoy recordábamos Sara y yo que Almudena nació muy enfadada, encima de embolsarse 2.500 euros sólo por venir al mundo; fue de las primeras que lo cobraron. Yo no sé si es que le parecía poco o es que preveía la que nos iba a caer encima, sólo unos meses más tarde; el caso es que lloraba y lloraba a grito pelado, que yo no he visto a ningún bebé berrear de manera semejante.
Ahora está como véis. Una preciosidad con unos ojazos azul turquesa que quitan el sentío -no es por nada, pero merece la pena pinchar la foto- que todo el rato están muy abiertos, mirando a su alrededor y preguntándose qué demonios es este perro mundo. Pues eso, que menuda panda tengo.
¡¡¡Felicidades, Almudena!!!
Pero además tengo motivos para escribir un post. Y es que hace justo un año estaba yo en una reunión, conspirando para dar caña al aparato de mi agrupación socialista, lo que pocos días más tarde me costó la dimisión de mi cargo -más bien carguillo- de secretaria de mujer e igualdad, cuando sonó mi móvil. Era Jesús para decirme que Sara estaba de parto, así que dejé colgada la política y me fui, cruzando Madrid de punta a punta, a la clínica Belén. No se puede estar en todo y lo primero es lo primero.
Hoy recordábamos Sara y yo que Almudena nació muy enfadada, encima de embolsarse 2.500 euros sólo por venir al mundo; fue de las primeras que lo cobraron. Yo no sé si es que le parecía poco o es que preveía la que nos iba a caer encima, sólo unos meses más tarde; el caso es que lloraba y lloraba a grito pelado, que yo no he visto a ningún bebé berrear de manera semejante.
Ahora está como véis. Una preciosidad con unos ojazos azul turquesa que quitan el sentío -no es por nada, pero merece la pena pinchar la foto- que todo el rato están muy abiertos, mirando a su alrededor y preguntándose qué demonios es este perro mundo. Pues eso, que menuda panda tengo.
¡¡¡Felicidades, Almudena!!!