Sólo el título de la tesis ya encierra el planteamiento, nudo y desenlace de la obra; se llama "HERPESVIRUS HUMANO 6 Y EFECTIVIDAD CLÍNICA DEL TRATAMIENTO CON INTERFERÓN BETA 1b EN PACIENTES CON ESCLEROSIS MÚLTIPLE EN BROTES", así, simplemente; y es un tocho de tres centímetros de espesor, tapas azules con letras plateadas y multitud de gráficos y extensa literatura donde, por lo visto, se explica con pelos y señales las reacciones del herpesvirus ese ante el tratamiento antedicho. Marta, muy tranquila y con mucho aplomo, ha hecho una exposición que a mí, desde mi ignorancia y desde mi incontestable parcialidad, me ha parecido brillante aunque no he entendido absolutamente nada. Luego los miembros y miembras, que diría doña Bibiana -en este caso, tres miembras contando a la presidenta y dos miembros- la han sometido durante una hora y sin atisbo de piedad a un cruel interrogatorio sobre virus, herpesvirus, retrovirus, prevalencia, reacciones en suero, reacciones en sangre, segmentos de población por paises, por sexos, por edades, en fin, la leche. Y mi niña ha salido airosa de todas las trampas sin despeinarse y sin descomponer el gesto; disertando sobre todos esos conceptos incomprensibles con la misma naturalidad que si hablara de una receta de cocina. Uno de ellos, por buscar defectos, se ha metido hasta con temas lingüisticos y la ha recriminado que haya utilizado el verbo "testar" para referirse a realizar un test, que testar es hacer testamento. Pues bien, desde aquí quiero recomendar a ese señor tan listo que mire el diccionario de la RAE y verá que la segunda acepción de la palabra "testar" es Someter a test a una persona o cosa para comprobar sus conocimientos o sus propiedades y calidad. Según esa definición, él ha testado a Marta con verdadera saña. Pocos errores ha debido encontrar el erudito para meterse en esa gilipollez.
Cuando ha terminado la tortura de las preguntas, la presidenta ha invitado al público a abandonar la sala para que el tribunal deliberara. Y al cabo de un cuarto de hora nos han vuelto a llamar. Hemos ocupado nuestras butacas y el tribunal se ha puesto de pie. Los espectadores le hemos imitado para escuchar el veredicto con la solemnidad pertinente. Entonces la presidenta lo ha dicho: consideraban que era una tesis magnífica y le otorgaban la más alta calificación: SOBRESALIENTE CUM LAUDE.
Perdonadme las babas. Mi niña pequeña, aquella que nació en el coche, ya es doctora en biología.
Cuando ha terminado la tortura de las preguntas, la presidenta ha invitado al público a abandonar la sala para que el tribunal deliberara. Y al cabo de un cuarto de hora nos han vuelto a llamar. Hemos ocupado nuestras butacas y el tribunal se ha puesto de pie. Los espectadores le hemos imitado para escuchar el veredicto con la solemnidad pertinente. Entonces la presidenta lo ha dicho: consideraban que era una tesis magnífica y le otorgaban la más alta calificación: SOBRESALIENTE CUM LAUDE.
Perdonadme las babas. Mi niña pequeña, aquella que nació en el coche, ya es doctora en biología.