domingo, 30 de mayo de 2010

MADRUGADA EN ANTÓN MARTÍN

Casi amanece ya en Antón Martín.
Dos jóvenes se besan,
creo que están borrachos de cerveza y de noche.

Y tú
vuelves de madrugada
desde un indefinido rincón de la memoria
a arrancarme la risa adolescente
mientras nos regalamos los restos de nosotros
cuando ya no nos queda
ni siquiera el derecho a equivocarnos.

Mañana
y los días que vengan y los años
seguiremos viviendo como antes.

Quedará de recuerdo tu mechero
que acaso me ilumine
la noche en que agonicen las estrellas.