lunes, 2 de agosto de 2010

ANTES, AHORA, SIEMPRE

Una vez más me encuentro entre tus piedras.
Nunca me fui de aquí, vivo escondida
detrás de cada esquina erosionada.
Aquí están mis edades y me miro
desde el otero fiel de la existencia,
una vez alcanzado mi futuro imperfecto.

Me tomo de la mano
y juego al escondite por tus pinos
esquivando tristezas
-tiempo habrá de que lleguen
y de que tú las veas-
y lloro sobre el hombro de la luna
con lágrimas de broma, porque llorar
era un juego de niña enamorada,
una manera de pasar el tiempo.

Vuelvo a soñar los sueños que soñaba
por tus mismos caminos, en veranos exactos;
suenan las diez en el reloj de siempre
y, a regañadientes, me acompaño a mi casa.

Hoy, los mismos parajes
me ven pasar apoyada en mi brazo;
ando a pasitos cortos, descansando
sobre cualquier peñasco que me acoja,
mirándome los pies mientras camino
no vaya a tropezarme con mi historia.